Miralda / Food as Art

Conocí personalmente a Miralda en el marco de los Tallers Oberts del Poble Nou. Diecinueve espacios abrían sus puertas en el barrio para mostrar tanto la sede física de estos laboratorios de creación, como su línea de productividad. Por esta razón Miralda y Monste Guillén, fundadores de Food Cultura, decidieron abrir las puertas de su casa en Poble Nou para esta actividad, donde no solamente los participantes realizaban la acción “Hostias con tinta de calamar” sino que también eran invitados a observar toda sus obras, su colección, como también su extenso archivo.

En 2010, con el título “De gustibus non disputandum”, se inauguró en Madrid una extensa exposición retrospectiva de su obra, organizada por el Museo Reina Sofía de dicha ciudad, en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro.

© Museo Reina Sofía

Para la crítica Ángeles García «su espectacular forma de entender el arte se ha inspirado en las calles, pero también en la música de John Cage o en el videoarte de Nam June Paik. Lo suyo es puro conceptualismo mezclado con el kitsch de peor gusto; un combinado perfecto de provocación y complacencia que le ha colocado en lo más alto de la vanguardia artística durante las últimas décadas».

© Aida Santos Ramirez

Comencé realizando unos retratos de plano medio sin demasiada información del espacio y la obra, centrándome en el personaje, y luego continué buscando fondos dentro del estudio que pudiesen enseñar la dimensión de su obra. Cada uno de los retratos realizados mostraban un tipo de obra singular pero me faltaba encontrar el retrato que explicase de un modo mas gráfico y simple, el vínculo de la comida y su obra.

 

Todas las fotografías las realicé con dos grandes paraguas. En algunos casos utilicé un paraguas de reflexión y en otros, de transmisión . Como los planos eran muy amplios necesitaba que los paraguas distribuyesen la luz en una gran superficie por lo que utilicé unos de 1,20 mts de diámetro. Las fotografías se hicieron con tres flashes juntos para tener mas potencia, lo que me permitió ganar 1,5 EV. Dos de los flashes utilizados fueron Yongnuo 560 con baterías Godox PB820 , más un flash Canon 560.

Sin duda, la instalación de las neveras es una obra de gran impacto visual a la vez que se vincula de manera inequívoca al tema gastronómico. Decidí realizar un último retrato a Miralda en un plano más general y de este modo conseguir en una sola imagen, al artista y su obra.

En el catálogo de la exposición “Miralda. De gustibus non disputandum” se puede leer : “Mientras tanto, algunas piezas se van exponiendo en unas neveras que se convierten en la metáfora perfecta del museo en espera”.

© Museo Reina Sofía

© Museo Reina Sofía

La luz del ambiente para la toma era muy buena ya que la sesión la realicé al mediodía de un día despejado y las claraboyas del espacio ayudaban a que el ambiente estuviese bien iluminado. De todos modos era una luz muy cenital que producía algo de sombra en los ojos por lo que fue necesario realizar el retrato con flash. No me interesaba destacar al artista de su obra, motivo por el cuál ajusté la exposición del flash en un Ratio 0 respecto a la luz ambiente. Por último, como las puertas daban muchos reflejos, decidí dejarlas abiertas.

Sillas Tulip

Por último,el suelo casi color Cyan y el rojo de la silla Tulip de Eero Saarinen para Knoll , daban cromáticamente (al ser colores complementarios) el contrapunto “pop” que el retrato requería. De esta manera la fotografía no solamente enseñaba al artista y su obra sino que también se apoyaba en la paleta cromática de colores saturados del artista.

© Marta del Orbe

Esquema de iluminación

Antoni Miralda.pdf

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Cisitalia 202

Conocí a Giorgio Giorda hace muchos años, cuando fue alumno de mis primeros cursos en la Escuela Superior de Fotografía GrisArt, en Barcelona. Luego pude – a través suyo – fotografiar automóviles y motos de colección y ese contacto llevó a otro y así realicé, años después, el catálogo de los automóviles Pegaso, para el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona, que ya comenté en otro post.
Siempre me ha parecido fascinante dedicarle mas de un año de trabajo a la restauración de un coche y me imaginé que tanto su taller como el coche que ahora estaba reconstruyendo serían muy interesantes de fotografiar. ¡ Tuve la suerte de ver una restauración que llevó más de cuatro años entre plancha, pintura, mecánica y electricidad !

El automóvil que estaba restaurando era el emblemático Cisitalia 202 del año 1947. Una joya del diseño italiano creada por Pinin Farina, cuya empresa a sido empleada por muchos fabricantes como Ferrari, Maserati, Cadillac, Nash, Peugeot, Jaguar, Volvo, Alfa Romeo, Ford, MG, y Lancia. Debido a lo laborioso de su construcción – paneles de aluminio moldeados con madera – entre los años 1947 y 1952 solo se construyeron 170 modelos de los cuales solo uno está en España, el que Giorgio restauró.

Su diseño ha sido referencia ineludible de muchísimos automóviles desarrollados a partir de los años cincuenta y por ello el MoMA de New York, lo ha escogido en su primer exposición sobre diseño de automotriz. Se lo considera una obra de arte en movimiento y el coche mas bello y equilibrado de la historia del automóvil.

 © Jason Phillips

El retrato
Giorgio me había sugerido visitar su taller a primera hora de la mañana ya que entraba muy buena luz por las ventanas. Cuando llegué la luz ya no era tan baja, aunque se mantenía la calidez de esa luz en la atmósfera. Los rayos llegaban al suelo del taller pero una vez decidido el encuadre de la foto, la luz del sol no llegaba a su rostro.

Decidí colocar un flash en el exterior del taller con una gelatina CTO 1/2 para simular con la iluminación del flash, la luz solar que había una hora antes en ese escenario. El flash debía ubicarse lejos de Giorgio para que la iluminación tuviese la dureza del sol y la gelatina ayudara a que la temperatura de color de la fuente de luz del flash bajase a 2800 ºK aproximadamente.

El efecto conseguido era bueno pero el contraste de iluminación en el interior del taller era excesivo ya que había decidido subexponer un punto la luz ambiente. Decidí colocar un segundo flash en el interior del local y rebotar su luz al techo para disminuir el contraste de la escena. Éste segundo flash utilizado como luz secundaria también tenía una gelatina CTO 1/2 para mantener la dominante cálida de la escena.

La carrocería del coche estaba pulida pero no acabada. La superficie producía brillos que había que controlar por lo que fue necesario colocar el flash de relleno en un punto estratégico donde los reflejos quedasen bien dibujados. Me recordó a otro coche de los que había fotografiado para el CCCB. ¡ Un Pegaso descubierto en un gallinero después de varios años de abandono ! Aquel coche tenía la carrocería inacabada y así se exhibió en la exposición “Pegaso. Memoria de un espejismo” en el CCCB.

El taller, por su propia actividad era visualmente muy caótico por lo que la utilización de poca profundidad de campo hubiese sido acertada, pero por otra parte debía verse el coche con cierta nitidez por lo que el encuadre resultó importantísimo para mantener la atención en Giorgio, a la vez que complementarla con la presencia del automóvil.

Utilicé dos flashes Yongnuo 560 con sus respectivas baterías Godox PB820 y transceptores de radio (funcionan tanto de transmisores como de receptores) de Pocket Wizard ya que uno de los flashes estaba en el exterior, lejos de la cámara y debía funcionar a la perfección. La luz del segundo flash se rebotó al techo que era blanco y de este modo no daba dominantes de color.

Pocket Wizard y batería Godox PB820

Entraba mucha luz natural al taller por lo que la subexposición de la luz ambiente respecto a la intensidad del flash fue de dos EV quedando así el Ratio en +2 respecto al flash principal que se encontraba fuera del taller. El flash secundario o de relleno se colocó a una potencia de un EV por debajo del flash principal y un EV por encima del ambiente. De este modo la imagen final utiliza la suma de tres fuentes de luz, la natural y la de los dos flashes con gelatinas de dominante cálida.

Gelatina CTO 1

No puedo terminar el post sin hacer referencia a otra carrocería muy especial. Se trata de una creación propia de Giorgio respetando el estilo y los materiales de mediados de los sesenta, con un chasis diseñado por el ingeniero Enrique Scalabroni . Tanto el chasis como la carrocería se adaptaron a la mecánica original Alfa Romeo de aquellos años. El coche lleva un motor V8 de 2.600 cc., caja de cambios de cinco marchas y tracción trasera. Otra joya que se llama Alfa Romeo 33 Barcheta Competizione.

Esquema de iluminación

Cisitalia 202.pdf

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